
En la madrugada del martes, 5 de enero, el bono estadounidense con vencimiento a 10 años superaba el 1% de rentabilidad por primera vez desde el mes de marzo, y desde entonces ha continuado esta tendencia, llevándolo hasta el 1,17% de rentabilidad ayer.
Hay que recordar que, hace menos de un año, en marzo, el bono marcaba mínimos históricos en rentabilidad en el 0,318%, momento en el que empezó la remontada de la rentabilidad del T-Note, una tendencia que está teniendo continuidad en 2021. En el año el título ya deja pérdidas del 2,4% por precio a los inversores, y el consenso de mercado espera que las ventas continúen y se vaya al entorno del 1,5% este año.
Caldo de cultivo perfecto
La actualidad política y de la Reserva Federal en EEUU está creando durante los últimos días un caldo de cultivo perfecto para que el bono estadounidense aumente su rentabilidad y deje pérdidas por precio a los inversores.
La confirmación de la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales de Estados Unidos y la victoria de su partido también en el Senado está haciendo que los mercados descuenten que el apoyo fiscal será mayor, lo que podría sostener la recuperación económica y desembocar en un aumento de la inflación, algo que termina desencadenando incrementos de la rentabilidad del bono para adecuarse a esta situación.
Además, la propia mejora de la situación aleja a los inversores de los activos más seguros, y el bono americano es el rey en este sentido, el activo libre de riesgo por excelencia.
Por otro lado, la Reserva Federal estadounidense (Fed) empieza a reconocer que algunas de sus políticas podrían empezar a cambiar en 2021. Según se explica desde Bloomberg, la semana pasada algunos miembros de la institución estadounidense destacaron que están abiertos a frenar este año el ritmo al que la Fed compra bonos del Tesoro americano, una medida que se empezó a aplicar el año pasado como apoyo contra la crisis que trajo el Covid, y que contribuyó a comprimir las rentabilidades del bono americano. Los inversores parecen ver más cerca el fin de los estímulos, algo que les puede haber llevado a salir del bono en los últimos días.